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¿De qué hablamos cuando nos referimos a Galicia?

No lo tenemos nada fácil con esta segmentación de la población para realizar la transformación digital, tanto de las personas como de las empresas, y el envejecimiento no ayuda para nada.

1 de enero de 2020 la población gallega era de 2.702.592 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si hiciéramos un ranking de población por comunidades autónomas, Galicia se ubicaría en un quinto lugar, por detrás de Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. En conjunto, España suma 47.329.981 habitantes. Un 5,71% vive en Galicia.

La densidad de población en Galicia es muy similar a la española. En el territorio nacional se sitúa en 94 habitantes por kilómetro cuadrado y en Galicia del 91,3. Esta cifra no es homogénea en toda la región. Mientras que en las provincias de A Coruña y Pontevedra se superan los 100 habitantes por kilómetro cuadrado (141 y 209,  respectivamente), en Ourense y Lugo esta cifra se sitúa por debajo de 50 (43 y 33, respectivamente).

A mayor escala, dentro de la Unión Europea, Galicia representa el 0,6% de la población (447.706.209 habitantes). Si Galicia fuese un país de la UE, se ubicaría en el puesto número 23, entre Lituania y Eslovenia (con 2.794.090 y 2.095.861 habitantes, respectivamente). En cuanto a densidad de población, la media gallega es menor frente a los 117 habitantes por kilómetro cuadrado de la UE.

¿Y cómo es esta población?

La población en Galicia está cada vez más envejecida. Es la segunda región, solo por detrás de Asturias, con una media de edad más alta, de 47 años. La población mayor de 65 años es superior a aquella que se encuentra por debajo de los 20 años. En comparación con la media española, el grupo de 65 a 69 años representa en Galicia el 6,05% de la población, frente al 5,12% de España. El grupo de más de 65 años representa ya un cuarto de la población gallega, un dato similar a otras regiones de España como Asturias y Castilla y León. Si atendemos al índice de envejecimiento, el parámetro para medir el número de personas de 65 años o más por cada 100 menores de 20 años, da una cifra negativa, para Galicia, de 158 mayores de 65 por cada 100 menores de 20. Por provincias, la cifra es muy desigual: Ourense y Lugo, 236 y 213, respectivamente, frente a A Coruña y Pontevedra, con 152 y 129 cada 100 menores de 20 años.

Los datos sobre la población joven son muy poco esperanzadores. Los menores de 20 años sobre el total de población gallega son el 15,9% mientras que en España llegan al 19,9%.

¿Cómo se divide la población dentro de la región?

La distribución de la población en Galicia se da de manera muy desigual, con una importante diferencia entre A Coruña y Pontevedra y Lugo y Ourense. Así, la provincia coruñesa es la más poblada (1.121.815 habitantes) y representa el 41,51% de la población, seguida por Pontevedra (945.408 habitantes, el 34,98%). Menos de un cuarto de la población reside en Lugo (327.946 habitantes, el 12,14%) y Ourense (306.650 habitantes, el 11,35%).

Este reparto de la población no es únicamente desigual entre provincias sino también en el eje ciudades-campo. De esta manera, más del 36% de los gallegos se reparten entre las siete grandes ciudades, 990.000 personas, según el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Si trasladamos la población de las ciudades gallegas a un ranking demográfico de toda España, tan solo encontraríamos dos ciudades entre los primeros 20 puestos: Vigo, en el puesto 14 y A Coruña, en el 18. Cabe destacar que Vigo es en España la ciudad más poblada sin ser capital de provincia. En un ranking del conjunto de ciudades de la UE, entre los primeros 225 puestos solo encontramos a Vigo (puesto 90) y A Coruña (112).

¿Cómo leemos estos datos?

Se me ocurren muchas frases manidas, como que “con estos bueyes tenemos que arar” o “con estos mimbres tenemos que hacer el cesto”. Esto es lo que hay, y tenemos que ponernos a trabajar en este contexto.

Está claro que no lo tenemos nada fácil con esta segmentación de la población para realizar la transformación digital, tanto de las personas como de las empresas, y que el envejecimiento de la población no ayuda para nada.

Pero desde luego tenemos que intentarlo, y además tenemos que analizar la occidentalización de la población en detrimento de las dos provincias orientales y las zonas del interior de las otras dos. Casi dos mil personas con cien o más años, al margen de que nos sintamos orgullosos de la longevidad de nuestros abuelos, podría significar una oportunidad en áreas de investigación.