Digipol, Jornadas para la Digitalización de la Policía Local, es un evento de Tech4Secur, Congreso Internacional de Tecnologías para la Seguridad y las Emergencias, que nace con el fin de […]
Que Galicia ocupe el penúltimo puesto de todas las autonomías en el proceso de transformación digital, medida en cuanto a la implantación del comercio electrónico, es especialmente preocupante.
Los seres humanos somos analógicos, no digitales. Y esta es una cuestión que nunca debemos olvidar aquellos que nos dedicamos a la tecnología; que deberá, en cualquier caso, penetrar las barreras de nuestro entendimiento por nuestros cinco sentidos disponibles, y adaptarse a los parámetros de estos.
Unos tienen que fracasar primero para que otros puedan triunfar después. La empresa online Boo.com puso la primera piedra en el sector del comercio electrónico y fracasó. Amazon lo intentó unos años después y salió triunfante.
No pretendo desde esta atalaya sentar cátedra alguna sobre la psicopatía en la empresa. Lo que sí intento, únicamente con ansias docentes y decentes, es paliar o mitigar este tipo de comportamientos.
Galicia, a pesar de ser la quinta comunidad autónoma en población, desciende al sexto puesto en materia económica.
Hoy analizamos cómo la mayor industria de la música perdió el ritmo de su propio mercado. Algunos trenes son para dejarlos pasar, otros para bajarse en marcha y otros para arriesgarte a subir incluso sin billete.
Una vez más, y a la vista de los datos, nuestra Galicia queda entre el anhelo de aquello que pudo haber sido y la realidad de lo que verdaderamente es. Esa realidad que hemos fagocitado para luego asumir los hechos consumados.
La digitalización se ha convertido en un elemento clave para la Xunta en la búsqueda de la reactivación económica. Considera que se debe adaptar de forma imperiosa ya que la transformación digital trae un ahorro de costes y los ciudadanos exigen una reducción de la burocracia.
El efecto campana que se produce en organizaciones de éxito y generalmente de gran tamaño viene dado por la falta de atención al entorno, la querencia por parte de asesores y mandos intermedios a decirle a los prebostes de la empresa lo que quieren oír y la fatuosidad con la que miran a sus competidores y el resto del ecosistema empresarial.