Ana es autónoma y ha conseguido todos sus logros gracias a tener que hacerse a simisma todo, a pesar de la climatología, de la salud o de los políticos.
Llegó aquel día en que el dinero ya no lo era todo, que también, sino que lo que él quería era poder y reconocimiento.
Equivócate y estás muerto, parecería el título de un thriller de acción, pero no es así. Es un reflejo fiel de la vida misma en el país donde el fracaso empresarial no tiene perdón.
El binomio familia y negocio puede desembocar en resultados letales; casi exactamente lo mismo ocurre con los amigos.
El signo de los seres vivos, eso de nacer, crecer, reproducirse y morir, podría aplicarse perfectamente al mundo de la empresa. La primera fase y la última desde luego que se producen siempre, aunque la primera, en mi opinión, no de manera suficiente.
Diez son los mandamientos de la ley del Dios cristiano, también diez son los mandamientos del budismo y diez es la máxima recompensa al esfuerzo en el estudio.
Vamos a por el último mandamiento emprendedor que tiene mucho que ver con nuestra capacidad de resiliencia, y que será lo que defina la delgada línea roja entre el éxito y el fracaso.
Cobrar lo máximo posible por tus productos y tener los menores costes posibles para engrosar la cuenta de resultados, que es la que mide nuestra capacidad de competir.
La tecnología nunca debería ser un fin en sí misma, es decir, el acto de tecnologizar debería tener como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y, como consecuencia, contribuir al desarrollo de la humanidad.
La polarización de la sociedad. Es muy triste reconocer que nada en la historia unió tanto a las personas como tener un enemigo común.