Santiago lucha con un pez durante días, sin rendirse, a pesar de los tiburones y las ampollas. Es como el autónomo enfrentándose a la Agencia Tributaria, esa bestia marina que parece nunca saciarse.
En mi larga carrera, he aprendido que el fracaso es un maestro más elocuente que el éxito. Las lecciones que se graban en el alma empresarial tras un fracaso son las que forjan los cimientos de futuros imperios.
Luchan no solo contra un sistema burocrático y fiscal opresivo, sino contra decisiones erradas, ya sean propias o inducidas por terceros, y contra la implacable realidad del mundo empresarial.
Artículo para BNEW Logistics en el panel Bsmart donde nos habla del transporte smart y autónomo, y cómo está cambiando la manera actual de comprar.
Vamos a por el último mandamiento emprendedor que tiene mucho que ver con nuestra capacidad de resiliencia, y que será lo que defina la delgada línea roja entre el éxito y el fracaso.
Según reza en la RAE, un tecnólogo o tecnóloga es una persona que se dedica a la tecnología. Y eso es exactamente lo que a mi me pasa, es decir, que hace más de treinta años que me dedico a la tecnología.
Hace hoy trece años, el grande entre los grandes, Steve Jobs, presentaba el producto comercial tecnológico que más ha revolucionado nuestra vida desde la historia de los tiempos: el iPhone.
Cobrar lo máximo posible por tus productos y tener los menores costes posibles para engrosar la cuenta de resultados, que es la que mide nuestra capacidad de competir.
La tecnología nunca debería ser un fin en sí misma, es decir, el acto de tecnologizar debería tener como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y, como consecuencia, contribuir al desarrollo de la humanidad.
La polarización de la sociedad. Es muy triste reconocer que nada en la historia unió tanto a las personas como tener un enemigo común.