Vivimos tiempos de cambio que nos obligan a adaptarnos para no quedarnos estacados, sin embargo en pleno siglo XXI aún hay gente perteneciente a ciertas generaciones que vive al margen de las nuevas tecnologías que están en riesgo de quedarse aisladas.
Con más de 2.300 empresas mostrando todo tipo de soluciones tecnológicas, la experiencia de estar en el Mobile World Congress fue increíble y donde la inteligencia artificial tuvo un papel destacado.
“Mejor prevenir que curar” es un principio que debería aplicarse a la lacra que suponen para Galicia los incendios forestales. La tecnología puede ser una gran compañera a la hora llevar a cabo estas labores de prevención.
Pienso que aún estoy en mis cabales y que mis particulares parlotadas con Siri son fruto de mi inquietud por conocer la evolución de la inteligencia artificial. Cada día notamos el avance de los algoritmos que se utilizan para conseguir la empatía de las máquinas.
Merece la pena recordar que en el mundo de la tecnología, al igual que en el resto del panorama empresarial, lo que importa más del producto en sí es quién, para cubrir qué necesidad y a qué coste lo va a adquirir.
Hace unos días acudí como único representante español a Minks, donde viví unas jornadas que reunieron a más de 130 expertos relacionados con las IoT, las telecomunicaciones y la telemática.
El trabajo en el campo sufrirá innumerables cambios en los próximos años, que seguramente mis abuelos y mis padres, considerarían ciencia ficción.
Ciencia y tecnología hacen de nuestras vidas un entorno cambiante. Las reglas que regían cuando comencé con la tecnología han variado radicalmente.
En el Internet de las Cosas, grandes fabricante y mayoristas del sector TIC han abierto la puerta a pymes para distribuir sus productos.