El hidrógeno no es la panacea, al menos de momento
Artículo original de José Antonio Ferreira Dapía, sobre el hidrógeno, publicado el 2 de marzo de 2023.
El hidrógeno como fuente de energía ha sido objeto de debate en los últimos años.
Uno de los principales problemas del hidrógeno como fuente de energía es que no se encuentra en estado libre en la Tierra, sino que está combinado en diferentes tipos de moléculas, como el agua o el metano. Esto significa que se necesita una gran cantidad de energía para obtener hidrógeno puro, lo que hace que su producción sea costosa y no del todo eficiente.
Otro problema asociado con el hidrógeno como fuente de energía es la falta de infraestructura necesaria para su almacenamiento y transporte. Es un gas muy ligero y altamente inflamable, lo que hace que su transporte y almacenamiento sean peligrosos y costosos. Además, se necesitan instalaciones especiales para almacenarlo en grandes cantidades, lo que aumenta el costo de su producción.
Por otro lado, como fuente de energía renovable y limpia tiene algunas ventajas importantes. Cuando se quema, no se liberan elementos contaminantes a la atmósfera, lo que lo convierte en una fuente de energía limpia. Además, no emite gases de efecto invernadero durante la combustión, ya que la reacción que produce el hidrógeno al ponerlo en contacto con el oxígeno produce agua y no dióxido de carbono.
Como fuente de energía tiene algunos problemas importantes relacionados con su producción, almacenamiento y transporte, pero también tiene ventajas como fuente de energía limpia y renovable. Es necesario seguir investigando y desarrollando tecnologías para superar estos desafíos y aprovechar plenamente su potencial como fuente de energía sostenible en el futuro.
También se ha considerado como una alternativa interesante para la movilidad sostenible, debido a que no produce emisiones contaminantes durante su uso como combustible.
Hidrógeno, ¿la movilidad sostenible del futuro?
El hidrógeno renovable se está perfilando como una fuente de energía importante para la movilidad sostenible en el futuro. Puede ser utilizado como materia prima para fabricar combustibles sintéticos de cero emisiones netas o como combustible para vehículos eléctricos de pila de combustible, lo que permitiría reducir significativamente las emisiones contaminantes y la dependencia de los combustibles fósiles.
Sin embargo, el despliegue de infraestructuras para la movilidad con hidrógeno aún es limitado en todo el mundo. A finales de 2021, solo había 685 estaciones de repostaje de hidrógeno para movilidad en todo el mundo, lo que representa una barrera importante para su adopción en el mercado de vehículos de hidrógeno.
Además, existen otros obstáculos que dificultan la adopción del hidrógeno en la movilidad, como la falta de incentivos para la compra de vehículos de hidrógeno, la escasa presencia de hidrogeneras para repostar, la falta de ayudas a la industria de la automoción para la producción de vehículos, y la ausencia de una regulación clara que fomente el uso de hidrógeno en la movilidad sostenible.
La solución a los excedentes de energía renovable.
El hidrógeno renovable se ha identificado como una posible solución para almacenar los excedentes de energía renovable, como la solar o la eólica, que se generan en momentos en los que la demanda es baja.
Puede ser un almacén de energía renovable, ya que puede acumular a gran escala los excedentes de electricidad renovable en los momentos en los que la generación excede a la demanda. En este sentido, se puede utilizar como una forma de almacenamiento de energía para su uso posterior en momentos en los que la demanda sea alta.
El método de producción de hidrógeno renovable más conocido es la electrólisis del agua, que consiste en la separación de la molécula de agua en sus componentes (hidrógeno y oxígeno) mediante la aplicación de corriente eléctrica en un dispositivo electroquímico denominado electrolizador. La electricidad utilizada en la electrólisis puede provenir de fuentes renovables, como la solar o la eólica, lo que hace que el resultado sea completamente renovable.
De todo lo anteriormente expuesto podemos concluir que el hidrógeno es una fuente de energía renovable y limpia, ya que no produce emisiones contaminantes de CO2 durante su combustión. En lugar de ello, la reacción que produce al ponerlo en contacto con el oxígeno genera únicamente agua, lo que lo convierte en una alternativa interesante para la reducción de emisiones contaminantes.
No obstante, se trata de un combustible difícil de obtener, ya que no se encuentra de forma aislada en la naturaleza, sino que está presente en combinación con otros elementos químicos, como el agua o el metano. Su búsqueda y obtención como materia prima para aprovechar su energía implica un gasto de esta misma.
La promesa del hidrógeno.
Por otro lado, el hidrógeno se presenta como una promesa para los combustibles alternativos a aquellos fósiles y emisores de gases de efecto invernadero. A pesar de su enorme potencial, se requiere aún de desarrollos tecnológicos para mejorar su producción y almacenamiento, así como de inversiones importantes para su implementación en el mercado de la energía.
Como conclusión les diré a todos aquellos que reniegan de la movilidad eléctrica basada en acumulación de energía en baterías, que se armen de paciencia porque al hidrógeno aún le quedan una vueltas que dar y mientras tanto hay que continuar desplazándose por las ciudades y resto de mundo de manera sostenible, sin reventar los ecosistemas con vehículos echando humo por todas partes.