Economía a la gallega
Distribución del PIB
No todas las provincias de Galicia aportan la misma cantidad al PIB de la región. Así por ejemplo, la provincia de A Coruña se encuentra por encima de la media en el PIB per cápita, con 25.233 euros. Le siguen Lugo (22.424), Pontevedra (21.392) y Ourense (20.672). En un ránking de provincias españolas, la primera gallega que aparece es A Coruña (puesto 11), seguida de Pontevedra (18º). Diez concellos registran la mitad del PIB de Galicia (un 50,6%), siendo siete de estos las grandes ciudades. Según el ránking español que mide la riqueza por municipios, tres ayuntamientos de Galicia se encuentran entre los 50 más ricos de España: Oleiros, Coruña y Santiago de Compostela.
¿Qué sectores tienen más peso en el PIB gallego?
La economía gallega tiene un carácter mayoritariamente terciario, el PIB aportado por el sector servicios supera el 62%. Le seguiría de lejos el sector industrial, que representa entorno al 18% del PIB. Finalmente el sector más arraigado históricamente es el que menos PIB aporta en la actualidad: la industria agroalimentaria y la pesca, con un 6% del PIB.
Estos datos podrían tener una doble lectura. Por un lado, la cifra de industrialización de Galicia es alta si la comparamos con la media española, del 16%. Esto lleva a Galicia a aportar a través de su industria un 6,1% del PIB nacional del sector, un dato positivo si tenemos en cuenta que el peso en el conjunto de la economía estatal se limita al 5,20%. Sin embargo, hasta seis comunidades del norte peninsular superan a Galicia. Estas otras comunidades sí cumplirían con el objetivo fijado por la Unión Europea de lograr un 20% del PIB aportado por la industria.
Dentro del sector primario también hay variaciones. Mientras que la pesca tan solo suma el 0,9% del PIB, en uno de cada cinco ayuntamientos costeros de Galicia, la pesca aporta más del 10% del PIB.
Por último, el peso del turismo en Galicia es menor a la media en España. La actividad turística supone un 12,4% del PIB nacional frente al 10,4% en Galicia.
Aprovechando los frescos vientos de la transformación digital de la sociedad y especialmente de la iniciativa empresarial, hay que hacer una ‘perestroika’ de nuestras mentes.
¿Cómo debemos leer estas cifras?
Dicho todo esto, lo cierto es que Galicia tiene muchísimo margen de mejora.
Lo que no se mide, no se puede mejorar, y en este contexto de medición debemos destacar que la Galicia occidental es muy diferente desde el punto de vista económico de las provincias del interior
Si existe una división clara entre provincias, cuando bajamos a nivel de poblaciones la cuestión se pone más peliaguda, al concentrarse la mayoria de la riqueza de Galicia en diez de los más de trescientos ayuntamientos que la componen. Como ya vimos cuando analizamos la población, el vaciado de Galicia tanto desde el punto de vista poblacional como desde el punto de vista económico queda absolutamente patente.
Tenemos grabado a fuego en nuestro ADN que Galicia es un país pobre. No voy a entrar en el origen de esta creencia, aunque seguramente se reposó en nuestro carácter ancestral de pueblo paciente, que espera que escampe.
En mi opinión, y aprovechando los frescos vientos de la transformación digital de la sociedad y especialmente de la iniciativa empresarial, hay que hacer una perestroika de nuestras mentes, si me permiten citar a Gorbachov.
Esta reforma, más que urgente, debería ocurrir de abajo a arriba, lógicamente empezando por la formación de nuestros jóvenes y acabando por las personas mayores, en el área digital.
Esta reforma, más que urgente, debería ocurrir de abajo a arriba, lógicamente empezando por la formación de nuestros jóvenes y acabando por las personas mayores, en el área digital. Los primeros porque, ya siendo nativos digitales, debemos enfocar sus vocaciones y aptitudes a en un futuro poder monetizarlas de alguna manera, ya sea como trabajadores por cuenta ajena o como emprendedores.
A las personas mayores, que la digitalización de la sociedad les ha cogido más tarde en sus vidas, debemos intentar por todos los medios que no pierdan la comba de los nuevos escenarios que se proponen, tanto desde el punto de vista profesional como personal, y no pasen a engrosar las lista de los miembros de la tan temida brecha digital.