Vamos a por el último mandamiento emprendedor que tiene mucho que ver con nuestra capacidad de resiliencia, y que será lo que defina la delgada línea roja entre el éxito y el fracaso.
Según reza en la RAE, un tecnólogo o tecnóloga es una persona que se dedica a la tecnología. Y eso es exactamente lo que a mi me pasa, es decir, que hace más de treinta años que me dedico a la tecnología.
Cobrar lo máximo posible por tus productos y tener los menores costes posibles para engrosar la cuenta de resultados, que es la que mide nuestra capacidad de competir.
La polarización de la sociedad. Es muy triste reconocer que nada en la historia unió tanto a las personas como tener un enemigo común.
Mas allá del mayor o menor reconocimiento de los empresarios que no son más que, en mi humilde opinión, el origen y el fin de la riqueza económica del país. El empresario representa todo aquello que nos diferencia del resto de los animales.
Emprendimiento, plan y rentabilidad. El secreto está siempre en el equilibrio con una tendencia muy marcada hacia la generación de beneficios, para lo que debemos construir un plan económico que busque la rentabilidad.
Emprender es una actividad arriesgada, pero la vida en sí misma es una actividad de riesgo, y como dijo aquel: “La vida es la causa más importante de muerte”. Todos los empresarios debemos asumir el riesgo, pero este riesgo ha de ser controlado.
Una sociedad binaria. Vivimos la era digital, en la que tenemos mucho que hacer para cambiar nuestros conceptos empresariales.
El emprendimiento y el entorno. DAFO. El emprendedor deberá analizar el entorno de manera escrupulosa y exhaustiva, ya que de este acto dependerá el éxito.
Reflexión sobre la importancia de un espacio donde han convivido jóvenes y no tan jóvenes, con más o con menos recursos, más experimentados o menos…