Que nunca nadie esté solo, sobre todo cuando más lo necesita.
Artículo original de José Antonio Ferreira Dapía, sobre la celebración del día Internacional de la Protección Civil, publicado el 28 de septiembre de 2024.
Hoy, 28 de septiembre, celebramos el Día Internacional de la Protección Civil, una jornada que nos invita a reflexionar sobre el inmenso valor de quienes dedican sus vidas a proteger la nuestra.
¡Ey Tecnófilos!
Desde bomberos, equipos de rescate, personal médico de emergencia, hasta voluntarios, estos héroes anónimos siempre están preparados para actuar en los momentos más críticos. Pero más allá del reconocimiento a su labor, esta fecha también nos recuerda algo fundamental: la importancia de la tecnología en la gestión de emergencias y su papel crucial para garantizar que nunca nadie esté solo, sobre todo cuando más lo necesita.
La protección civil no es solo un sistema de respuesta ante catástrofes naturales o crisis, sino un entramado complejo que trabaja día a día para prever, mitigar y, sobre todo, acompañar a las personas en situaciones de peligro. Aquí es donde la tecnología ha demostrado ser una herramienta decisiva.
Hoy en día, los sistemas de alerta temprana, los drones que ayudan en la búsqueda de personas o los mecanismos avanzados de comunicación han revolucionado la manera en que se responde a una emergencia. Y todo ello está orientado a algo muy simple y muy humano: salvar vidas.
Mi compromiso con la tecnología siempre ha estado motivado por esta idea: mejorar la calidad de vida de las personas y asegurarnos de que nadie esté solo en los momentos más difíciles. La protección civil es uno de los campos donde la tecnología muestra su cara más noble. Desde el sistema de radiotaxi que implementé en mi juventud, inspirado en la preocupación por mi padre y otros taxistas que trabajaban en situaciones peligrosas, hasta los avances actuales en inteligencia artificial para la gestión de emergencias, he aprendido que el verdadero valor de la innovación reside en cómo puede protegernos y acompañarnos cuando más lo necesitamos.
Hoy, cuando hablamos de protección civil, también debemos hablar de la importancia de contar con redes de comunicación robustas, capaces de alertar y coordinar respuestas en tiempo real. Imaginad, por ejemplo, un terremoto: los minutos, incluso segundos, de alerta que podamos recibir pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Los datos generados por los sensores, analizados al instante por inteligencia artificial, pueden dirigir los esfuerzos de rescate a las zonas más críticas, haciendo que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan en el momento justo. Esa es la verdadera magia de la tecnología al servicio de la protección civil.
Sin embargo, no podemos olvidar que detrás de cada avance tecnológico y cada innovación, siempre hay personas. Personas que dedican su vida a proteger la de los demás. Este día es para ellas, para aquellos que no dudan en arriesgarlo todo, para los que trabajan incansablemente antes, durante y después de una emergencia. Ya sea evitando un incendio, organizando una evacuación, o prestando primeros auxilios, su esfuerzo es fundamental. Sin ellos, ningún avance tecnológico tendría sentido, porque al final del día, la tecnología es solo un medio, y el fin siempre son las personas.
Así que hoy, en el Día Internacional de la Protección Civil, celebremos no solo los avances que hemos hecho en este campo, sino también a quienes encarnan el espíritu de solidaridad y sacrificio que define esta labor. Recordemos que la verdadera grandeza de la tecnología está en su capacidad de cuidar, proteger y acompañar, especialmente en los momentos en que más lo necesitamos.
A todos los profesionales y voluntarios de la protección civil: gracias por ser ese escudo que nos resguarda del peligro, gracias por estar allí cuando las cosas se ponen difíciles, y gracias por demostrarnos que nunca estaremos solos.
¡Se me tecnologizan!