Las empresas gallegas cuentan con un buen grado de conectividad y seguridad pero quedan todavía muchas herramientas sin impulsar como el Big Data, el internet de las cosas o el uso de la nube para el almacenamiento.
Guardar los datos que generamos ha sido uno de los retos de los sistemas informáticos. Hacerlo además con garantías de seguridad, lo es todo.
Pese a lo que se pueda creer sobre que la tecnología solo se desarrolla en las ciudades, lo cierto es que el rural juega desde hace tiempo un importante rol a la hora de poner a Galicia como ejemplo tecnológico.
Quizá sea en la educación donde Galicia recupere un poco las enormes diferencias que hay en otras cuestiones con respecto a otras comunidades de España, y mucho más con otras regiones europeas.
Que Galicia ocupe el penúltimo puesto de todas las autonomías en el proceso de transformación digital, medida en cuanto a la implantación del comercio electrónico, es especialmente preocupante.
Los seres humanos somos analógicos, no digitales. Y esta es una cuestión que nunca debemos olvidar aquellos que nos dedicamos a la tecnología; que deberá, en cualquier caso, penetrar las barreras de nuestro entendimiento por nuestros cinco sentidos disponibles, y adaptarse a los parámetros de estos.
Si no estás atento a los ángulos en tu visión frontal, no tienes en cuenta a los actores del mercado y no te gastas la pasta en creatividad e innovación, compras todos los boletos de la rifa para pegártela con todo el equipo.
La digitalización se ha convertido en un elemento clave para la Xunta en la búsqueda de la reactivación económica. Considera que se debe adaptar de forma imperiosa ya que la transformación digital trae un ahorro de costes y los ciudadanos exigen una reducción de la burocracia.
La transformación digital no es una opción, es una obligación. Debemos luchar encarecidamente contra la resistencia al cambio, lo contrario supone una condena de las empresas a la muerte.
Hoy relevamos las viejas radiocomunicaciones por algo que sin duda mejorará la coordinación en los servicios de misión crítica y certificamos oficiosamente la muerte del walkie talkie.